Una de las cosas más lindas de poder ir a Europa, siendo un latinoamericano fanático de la cerveza es que una gran cantidad de las mejores cervezas están allí. A quien vamos a engañar, fui a ver un montón de monumentos, museos, plazas e iglesias. Pero tenía bien claro el objetivo del viaje: probar la mayor cantidad de cervezas que pudiera.
Asi fue como mi viaje arranco en Roma, una ciudad que no se caracteriza por su gran cantidad desbordante de cerveza de buen “pie”. Ya hablaremos de la cerveza italiana, pero en mi viaje arranque por algo que sea Europeo tratando de que sea lo más rico posible. Así fue como en una supermercado dedicado a la cerveza importada encontré esta Weisbier.
Me encontré con una típica cerveza de trigo. De color anarajando turbio poco alcolica con cuerpo leve, bastante suave diría. Hizo bastante espuma y me dio una hermoso sabor amargo al probarla. Bien refrescante a pesar de que fui en su invierno 
Si bien no fue nada del otro mundo, comparado con las cervezas que probe en Italia, esta un nivel por arriba. Esta la encontre cerca de los supermercados que esta rondando el coliseo.
Nada del otro mundo, pero siempre dependiendo de con que se la compare 😉 Para mi, fue algo glorioso, siendo la primer cerveza el viaje… con el tiempo me di cuenta, que no lo era tanto… pero eso, eso es otra historia…
Bodegueando 